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Mutantes – La ficción emancipada

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Cuenta la leyenda que las mentiras forman parte de nuestras vidas hasta el punto de colonizar nuestros pensamientos. Mentimos al creer que la palabra es igual a la cosa, y eso es violencia.
Pero un hombre que creía que la valentía estaba en hacer verdadera una mentira, descubrió que el verdadero valor reside en hacer realidad una ficción el día en que mutó.

Mutantes – La aventura imponderable

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Cuenta la leyenda que detrás de las fábulas y las novelas, hay un hecho real que las motiva. No hay escritura sin respaldo en lo sensible. Cada ser humano es esclavo de sus dichos, y no hay palabra libre de los fantasmas de su esclavo.

No hay creador que no deje traslucir sus defectos en la obra creada, no hay dios capaz de crear la perfección por más omnipotente que se considere.

Y un hombre descubrió la fragilidad de su omnipotencia el día en que mutó.

Mutantes – El semiólogo intuitivo

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Cuenta la leyenda que la lectura de los signos es una ciencia que requiere que la concentración y el conocimiento vayan a la par. Sólo algunos pocos seres humanos son capaces de relacionar un simple signo con una multiplicidad de posibilidades que determinen una realidad en el pasado, en el presente o en el futuro. Muchos de ellos se dedicaron a la adivinación o al fraude y lucraron con ello...

Pero un hombre ha decidido salir del negocio fraudulento... el día en que mutó.

Mutantes – El cuento feérico

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Cuenta la leyenda que los niños son capaces de dar vida ante la ausencia de otro ser para interactuar. Así como, ante la necesidad, un náufrago fue capaz de hablar con una pelota u otro con un tigre imaginario, las creaciones comienzan a adoptar características propias y reaccionan a estímulos de manera diferenciada y opositiva con su creador. De esta manera, los primeros humanos le respondieron a Jehová con un pecado, pero siempre dentro de un guión que los preexistía.

Sin embargo, un peluche se escapó de esta biblia semi-controlada... el día en que mutó.

Mutantes – El humor sanguíneo

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Cuenta la leyenda que el buen humor es un privilegio de los administradores del ocio. Sólo los privilegiados que pueden llevar un ministerio ameno de sus vidas son capaces de sonreírle hasta al más puro portador de un rostro compuesto por dos esferas y una grieta.

Pero un hombre descubrió los músculos que levantan las comisuras de los labios... el día en que mutó.

Mutantes – 15to devenir – El ilusionista desaforado

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Cuenta la leyenda que la pobreza y la desigualdad existen con la finalidad de perpetuar una condición de poder asimétrica, de manera tal que aquél ue se encuentre en la posición más desfavorecida dentro de la pirámide social, difícilmente pueda mejorar su situación.

Pero un joven pudo escapar de este círculo vicioso... el día en que mutó.

Mutantes – 14to devenir – El pacto diabólico

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Cuenta la leyenda que la música es el eco del paisaje que lo inspiró, una fractura del lenguaje, un recuerdo de los orígenes.

Pero un joven fue capaz de crear sus propios inicios... el día en que mutó.

Mutantes – El jipi numerado

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Cuenta la leyenda que los ojos sólo son un filtro que evalúa la realidad y la codifica de acuerdo con nuestro propio modelo de mundo. Dicen los sabios que no podemos mirar nada sino a través de nuestros fantasmas...

Pero un hombre pudo ver la realidad desde un punto de vista que no le era propio... el día en que mutó.

Mutantes – 12do devenir – El fracturador cervical

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Cuenta la leyenda que la atención es un bien preciado que, en algunas personas, privilegiadas o no, budistas o musulmanas, humanos o delfines telépatas, puede prolongarse durante mucho tiempo. En algunos rincones de la Gran Ciudad, existen personas capaces de sostener la mirada fija durante tanto tiempo que harían pestañear a la Gioconda.

Pero un joven demostró que toda concentración es frágil... el día en que mutó.

Mutantes – 11vo devenir – El cálculo caótico

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Cuenta la leyenda que las estructuras pueden llegar a ser tan inflexibles que el más ínfimo movimiento en el suelo produce una reacción en cadena que tiende a destruirlos. Sólo el aleteo de una libélula en Japón puede producir un colapso en la bolsa de Wall Street. Esto significa que la multiplicidad de variables hace que todo sea, en cierta medida, impredecible.

Pero un hombre pudo controlar las probabilidades en la palma de su mano... el día en que mutó.

Mutantes – 10mo devenir – La gourmet desmembrada

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Cuenta la leyenda que, detrás de cada esfuerzo evidente hay una estructura que lo hace todo más fácil. La Gran Ciudad es un compendio de recetas llevadas a cabo, fórmulas pre-escritas para ahorrarles tiempo a los que se hacen llamar artistas.

Pero una mujer consiguió convertir el azar en una nueva forma de germinar rizomas... el día en que mutó.

Mutantes – 9no devenir – La construcción estocástica

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Cuenta la leyenda que algunas personas se caracterizan por una rigidez tal que todo lo que tocan se convierte en concreto. No hay palabra en su boca sin cimientos ni argumento sin vigas. Cual reyes Midas, sus manos solidifican hasta el vacío mismo y el agua se bebe como gelatina.

Pero un joven descubrió que la solidez puede nacer del azar... el día en que mutó.

Mutantes – 8vo devenir – La brujería precoz

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Cuenta la leyenda que algunas personas tienden a abandonar todo tipo de uso de razón y de actuar impulsivamente, sin importarles la presencia del otro y sin asumir ningún tipo de responsabilidad cuando se produce algún daño.

Y una mujer blanqueó su conducta... el día en que mutó.

Mutantes – 7mo devenir – El corte sexy

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Cuenta la leyenda que este mundo está plagado de gente que precisa ser rescatada, que pide a gritos una deidad que la quite de su contexto de opresión y malestar. Sus cuerpos y sus almas se convierten en una especie de Rapunzel psicológica, en una soga metafísica que tanto sirve para la huida como para la horca.

Pero un hombre encontró en su ser la herramienta para llevar a cabo el rescate oportuno, la salvación inrsperada, la luz divina de una mirada que nace... el día en que mutó.

Mutantes – 6to devenir – El ascenso primate

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Cuenta la leyenda que el altruismo existe. Que entre los granos de arena y las piedras más ríspidas, la esperanza se esconde, esperando que no le cobren impuestos.
Cuando hiere el destino, aparecen anónimos los héroes sin pedir nada a cambio.

Pero un joven fue más allá... el día en que mutó.

Mutantes – 5to devenir – Los faros antiniebla

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Cuenta la leyenda que, en las afueras de la Gran Ciudad, la humedad se condensa y produce una niebla tan espesa que resulta casi imposible ver más allá de los propios pies. Muchas personas han perdido su camino y han terminado en sitios inhóspitos o, simplemente, han desaparecido. La impenetrable niebla se traga los paisajes, los destinos y las personas. Pero un hombre ha demostrado que es posible ver más allá... el día en que mutó.

Mutantes: Cuarto devenir – El fluir urbano

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Cuenta la leyenda que, por las noches, un grupo de jóvenes se reúne en una plaza a realizar maniobras con sus skates, longboards, rollers, etcétera. Algunas personas que encarnan la paranoia popular piensan que son delincuentes en potencia, que en sus rostros llevan el estigma de la rebeldía ante las normas, el orden y las buenas costumbres. Otros, simplemente se sientan a observarlos esbozando una sonrisa cada vez que se equivocan y caen, por la sola envidia de no poder hacer lo mismo. El prejuicio los encuadra en un hobbie inútil, pero un joven demostró lo contrario... el día en que mutó.

Mutantes: Tercer devenir – El triángulo bendito

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Cuenta la leyenda que, cuando las frustraciones se acumulan en una persona, se vuelve imprescindible una catarsis inmediata que separe la psiquis del cuerpo. Algunas personas practican deporte, salen a correr, a andar en bicicleta, a boxear en la puerta de un boliche o a tener una sesión desenfrenada de amor cavernícola con la primera criatura que les devuelve una sonrisa en el bar, en el banco o en el asiento de al lado del colectivo. Así, una joven encontró al más indicado pelotón de fusilamiento para sus desganos… el día en que mutó.

Mutantes: Segundo devenir – El aliento del dragón

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Cuenta la leyenda que, cuando empezó a correr el rumor de que aumentaría el precio del boleto del colectivo, los usuarios afectados empezaron a fraguar toda clase de manifestaciones en contra de tal atentado contra el bolsillo del pueblo. Cadenas de mails, artículos periodísticos independientes, investigaciones sobre los números de las empresas y hasta un paro de usuarios. De todos, el que menos resultado tuvo fue el paro de usuarios; pero un joven tuvo éxito… el día en que mutó.


José Dragún se despertó un día con un antojo que era inconciliable con su rutina. Hacía dos meses, un amigo le había regalado un frasco de escabeche de berenjenas particularmente violento. Mucho ajo y mucha pimienta de distintos colores habían convertido el frasco en un compacto bonsái de Navidad. No lo había abierto por respeto a la humanidad, pero decía como excusa que sólo esperaba a encontrarse con un grupo de amigos y compartirlo en una jornada que genere un microclima dentro de su pequeño departamento. Sin embargo, ese día se despertó con un deseo irrefutable de abrir el frasco, de destapar el aliento del dragón.
Compró un pan casero y devoró el contenido del frasco con una sonrisa de pulmón a pulmón. Tenía la sonrisa en el corazón porque tenía la boca ocupada. Cuando se dio cuenta, ya había vaciado el frasco y se habían hecho las siete de la mañana. Se le acercaba la hora del trabajo y no tenía tiempo siquiera para lavarse los dientes.
Corrió hacia la parada del colectivo y paró al primero que lo dejase más o menos cerca.

Mutantes: Primer devenir − La voz eterna

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Narrador − Cuenta la leyenda que, cuando la Gran Ciudad encontró su calma, un rastro del Apocalipsis siguió recorriendo las calles. Las personas siguieron trabajando como si nada hubiese ocurrido, como si el orden jamás hubiese sido alterado. Todos llevaban en su memoria cada uno de los sucesos por los que el pueblo tuvo que pasar, pero los burócratas siguieron sellando papeles innecesarios, los panaderos siguieron creando el desayuno de todos, los corredores de bolsa siguieron especulando y los cocineros siguieron y seguirán dándoles de comer a los que aún no se animan a prender una hornalla.

Aún así, la calma nunca es eterna; eso lo supieron todos… cuando un hombre mutó.