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Misivas ocultas: La orquesta siguió tocando

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No hemos tenido suerte los monos con los cronistas de esta modesta sección. Las misivas de Silvio nunca terminaron un ciclo en paz, y en sus dos temporadas tuvieron un corte abrupto e inesperado cuando se acercaba el final de año. El imprevisible escritor de Alberdi nos susurraba al oído sus marginales historias, y cuando el tipo estaba seguro de que la audiencia le prestaba su máxima atención….dejaba el final abierto. Y en este punto debo aclarar mis palabras: que no se entienda con esto del final abierto el empleo del viejo recurso literario donde se sugieren múltiples lecturas del ocaso de una historia, no. El escritor de Alberdi desaparecía de forma concreta, es decir abandonaba la escritura, y abandonaba también el contacto con este programa intempestivamente y sin aviso previo.

Pero Silvio no fue el único ni el peor. Bastará solo con nombrar a Olivio Duran y su impresentable Cine Negro, para confirmar nuestra mala fortuna. A principios de este año y con el mismo “modus operandis”, el excéntrico cineasta de Alberdi nos hizo una gambeta extraordinaria al enviarnos solamente 3 capítulos de su inclasificable obra y esfumarse sin excusas ni vergüenzas. Este segundo fracaso, a pesar de ser contundente, no nos desanimó. Y mantuvimos la compostura sin dar importancia a la atroz sugerencia de algunos intelectuales de café, que nos gritaban con una seguridad de licenciado universitario que Silvio y Olivio Duran eran la misma persona.

Por último llegó Chubut, Santa Rosa y después. Columna que fue aceptada por nuestra producción casi sin objeción, porque primo una urgencia que siempre agradecen los novatos escritores: El vacío. O dicho de una manera más sincera: No había otra cosa para llenar el espacio.

Desde el primer envío de la flamante nueva sección, hicimos fuerza para ignorar un dato inquietante: Aquellos relatos fantásticos, escritos por un alma atormentada, anónima y al borde de la locura, tenían la dudosa coincidencia de desarrollarse en el mismo cruce de caminos donde Silvio nos situaba el bar que le servía de atelier literario.

Pero, dejando de lado cualquier teoría conspirativa, hay una verdad que se impone concretamente: Chubut, Santa Rosa y después… al menos este Domingo, está ausente sin aviso. Y mientras en la cocina del programa, nos hacemos un serio replanteo sobre las dificultades de admitir secciones de un barrio tan inconstante y fugaz, como lo ha demostrado ser Alberdi, o al menos sus escritores, hoy daremos a conocer algunos párrafos de la correspondencia pérdida de Silvio.

Chubut, Santa Rosa y después: Gitana robaste mi alma (Parte 2)

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“En la mitología griega, Casandra era hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya. Fue sacerdotisa de Apolo, con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accedió a los arcanos de la adivinación, rechazó el amor del dios; entonces éste, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca. ¿Qué implicaba esto? Ella seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos.

Chubut, Santa Rosa y después: Gitana robaste mi alma (Parte 1)

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Al final fui. Primero dudé, porque esa clase de cosas siempre me parecieron ridículas, fraudulentas, una incitación al pensamiento mágico y la ignorancia. En mi escala de valores representaba lo peor del ser humano, incluso más denigrante que la religión, la política o el psicoanálisis.

Chubut, Santa Rosa y después: La muerte enamorada

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Esta vez sucedió de otra manera. Estaba en mi casa hablando por teléfono, haciéndole un favor a un amigo al que le habían cortado su línea por una confusión con un pago no registrado.

Como siempre en este tipo de instancias la situación era insoportable, es decir: Largas explicaciones a empleados mal predispuestos, que te derivan a un superior o a otro empleado al que hay que contarle todo de vuelta desde el principio. Largas esperas escuchando la marcha del elefantito y un listado exhaustivo de datos irritantes sin los cuales el trámite no avanza.

Después de una hora de estas peripecias, uno se siente en el colmo del absurdo. Es que la vida es breve y el universo es infinito y misterioso; entonces es imposible evitar el sentimiento trágico de que uno se pierde tantas cosas (tantos libros que no va leer, tantos mujeres que nunca va a conocer….); y me encuentro desperdiciando una tarde con gente a la que le represento una molestia, por un problema que no me afecta, para hacerle un favor a un tipo que no me llama nunca.

Chubut, Santa Rosa y después: El día del arquero

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El miedo paraliza. Por eso es todo un trabajo, un proceso, controlar nuestros temores profundos. Desde la época cuaternaria, cuando todavía los continentes no habían alcanzado su configuración actual y los neardentals habitaban las cavernas, el hombre intento exorcizar sus terrores de diferentes maneras. En ese entonces, por ejemplo, se dibujaron en las cavernas mamut, renos y bisontes con la supersticiosa intención de favorecer la suerte del cazador.

Se buscaba establecer un poder simbólico sobre esas bestias, porque se las necesitaba como alimento; y alimentarse era el equivalente a no morir.

Por eso, desde aquellas remotas épocas, cuando algo nos atemoriza, nos aterra, cuando tenemos que enfrentarnos a lo desconocido, intentamos tomar el control de la situación de alguna manera, aunque sea simbólica: Produciendo arte, inventando mitos, erigiendo religiones, sistematizando observaciones.

Chubut, Santa Rosa y después: La gotera

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Dm Am
Ya nunca encontrare aquella esquina
E7
que contaban las misivas
Am-A7
entre copas y cafés.
Dm Am
Las calles y las lunas de este barrio
E7
pertenecen a corsarios*
Am
todo ha muerto ya lo sé.



Todo comenzó con una gotera. Se me ocurrió llamar a un plomero para poner fin a las filtraciones de humedad que me obligaban en los días de lluvia a recurrir a baldes acumuladores que resonaban con ritmos acuáticos.


Y lo que emprendí como una solución necesaria a un problema de la infraestructura de mi hogar, desembocó en algo atroz, ya que a partir de allí me vi envuelto en una serie de eventos de difícil explicación. Creo que cuento estos sucesos para no volverme loco. Porque narrándolos como hechos ficticios, todos crearan que invente una historia y yo mismo, al transcurrir los años me persuadiré que así fue.


Al fin y al cabo, la realidad, es lo que todos acordamos que sea la realidad.

El Cine Negro de los Monos: “Dime con quién andas y te diré quién eres”

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Buenas noches, radioescuchas. “Una muerte casual” es la segunda parte de una trilogía de Olivio Durán que marcó para siempre la saga del detective Sam Valent. Dicha trilogía comenzaba con la recordada “Destino de luto….”, film estrenado en 1985 y, en apariencia insuperable. Sin embargo “Una muerte casual” dio por tierra con el mito clásico del cine, que nos dice que segundas partes nunca fueron buenas. En este caso específico… los dos films son un desastre.


Y a pesar que ambos cortometrajes fueron un éxito de taquilla, la crítica especializada se dividió: Mientras algunos cronistas la tildaron de aburrida y poco original, el resto de los cronistas… ni siquiera se molestó en ir a verla.


Ante semejante indiferencia por parte del periodismo de espectáculos, el polémico cineasta de Alberdi, se negó a dar a conocer la esperada tercera parte, como acto de protesta contra la opinión oficial de la industria.


Es que la obra de Olivio Durán siempre disgusto a los cinéfilos ortodoxos. Estos, jamás consagraron ninguno de sus films, a pesar de un cierto reconocimiento a su polémica capacidad de síntesis académica, lo que en realidad no es un elogio, sino que hace énfasis en que Olivio se graduó en la facultad sin tesis o trabajo final aprobado.


Tampoco se vio con buenos ojos que solo quisiera filmar en Alberdi, y que abusara de los inversores locales pidiendo adelantos económicos que luego despilfarraba sin el menor escrúpulo. Sucede que, sus ajustadas necesidades lo llevaron a realizar emprendimientos paralelos al oficio de cineasta. Y en el mismo barrio en donde filmó toda su obra, cultivo también nostalgias de la infancia, amores de juventud y cannabis sativa. Esta afición por la jardinería ilegal lo ayudó a solventar sus vicios en tiempos difíciles y lo hizo popular entre algunos barras bravas y homeópatas de la zona.


También debemos destacar que en su juventud Olivio Durán pudo haber sido un reconocido profesional, ganar mucho dinero y llevar una vida cómoda y lujosa si se dedicaba a la publicidad televisiva. Pero en cambio eligió la pasión por el cine, las producciones riesgosas y su particular visión del séptimo arte. Es por eso, que luego de más de 50 años de trayectoria y con su obra a la vista, nos preguntamos: ¿Por qué carajo no eligió ser publicista televisivo?


Pero no estamos acá para especular sobre lo que pudo haber sido y no fue. Estamos, para reivindicar una omisión histórica: Tras 25 años de espera, y en carácter exclusivo para el Cine Negro de los Monos, tenemos la tercera y última parte de una trilogía denostada por la crítica y aclamada por el vulgo. Sin más prolegómenos exhibiremos sin cortes y en toda su crudeza “Dime con quien andas y te diré quien eres…”. El cierre de un tridente perfecto que jamás debió quedar inconcluso. Adelante…

El Cine Negro de los Monos: “Unas fotos nunca están de más”

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Buenas noches, radioescuchas. La primera versión de “Unas fotos nunca están de más”, del Director Olivio Durán, duraba alrededor de 25 minutos y se cuenta como uno de los clásicos iniciales del cineasta de Alberdi.

El film pertenecía obviamente a la saga del detective Sam Valent, y su estreno se hizo esperar alrededor de siete años, aún después de estar lista y editada.

Las razones de esta demora respondían a conflictos de intereses entre Olivio Duran y las grandes productoras nacionales. Conflictos de intereses difíciles de superar, ya que a las grandes productoras nacionales jamás le interesaron las obras del ignoto director.

Esta falta de inversores le hizo tomar conciencia a Olivio Duran en los comienzos de su carrera, que los recursos económicos no son menos importantes que una obra de excelente calidad. En realidad….son mucho más importantes.

Fue entonces que el director de Alberdi se recluyó en un silencio artístico que duró alrededor de cinco años, luego de los cuales cayó en una profunda depresión. Más específicamente era una zanja de seis metros de hondo que la municipalidad local no había señalado correctamente.

Lo paradójico, es que este terrible accidente, que muchos interpretaron como una nueva desventura en la suerte del malogrado director, fue el hecho que lo sacó de la miseria. Olivio le ganó un juicio al estado provincial por negligencia cartelística y lesiones graves, cobrando una millonaria indemnización que le permitió retomar su carrera de narrador en el séptimo arte.

Este nuevo respaldo patrimonial volvió un tanto pretencioso al director de Alberdi, que extendió la versión de “Unas fotos nunca están de más” hasta casi cuatro horas de duración, invirtiendo en actores, extras, decorados, equipos de alta calidad y salames de Colonia Caroya.

Otro hecho curioso sucedió cuando la película estuvo terminada y lista para el estreno: Olivio Duran se vio comprometido en un terrible escándalo mediático, a causa de que una amante despechada lo acusó de alcohólico, mentiroso, egomaníaco, misántropo, individualista e hincha de Racing de Nueva Italia. La respuesta de Olivio no se hizo esperar, en un duro comunicado de prensa negó indignado ser simpatizante de la Academia.

De todos modos, las acusaciones de esta mujer sirvieron para que el Director y la película estuvieran en boca de todos, y miles de personas asistieron al pomposo estreno de la costosa producción.

Así que, estimados radioescuchas, esta noche en el Cine Negro de los Monos estrenaremos por primera vez para la radio un film polémico, intenso e ignorado por la crítica especializada.

A continuación, exibiremos “Unas fotos nunca están de más”… Adelante…

El Cine Negro de los Monos: “Ni el dinero, ni la gloria”

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Buenas noches, radioescuchas. La saga del detective Sam Valent es una de las obras clásicas del cine barrial cordobés. Fue desarrollada mayormente en la década del 80 por uno de los directores locales más misteriosos y extravagantes que hayan filmado en la provincia.

Se trata del controvertido Olivio Duran, el artista de cine más grande e indiscutido de la provincia. Grande, porque en la actualidad supera los 75 años; e indiscutido, porque el gran público jamás discutió, descubrió o sintió hablar de su obra.

En 1984, Durán convenció a los propietarios de un conocido cine de Alberdi para que le permitieran debutar con su ópera prima, la recordada “Sam Valent y un tosco desafío”. El film, de escasos 7 minutos, mostraba al insensible detective de Alberdi intentando descubrir la causa de los repetidos cortes de luz que se producían en el barrio, y concluía en una lucha encarnizada contra una inescrupulosa organización mafiosa, directa responsable de los problemas energéticos de los vecinos.

A pesar de su brevedad, la película jamás llegó a exhibirse entera, a causa de extraños problemas en la instalación eléctrica del cine, de los cuales EPEC nunca quiso hacerse responsable.

Esta frustración inicial no amedrentó a Olivio Duran, quien por el contrario insistió tercamente con la saga de Valent. Así fueron llegando los capítulos clásicos del cine negro como “El asesino Municipal” o “La mafia de los cospeles”. Esta primera veta política de su obra con crítica social hacia los servicios estatales burocratizados, llevo a los críticos a ver en la obra de Olivio un desencanto con la política, la democracia e incluso las autoridades locales. Pero, con el correr de los capítulos se ha hecho evidente que el desencanto del director no se limitaba a la esfera política, sino que abarcaba con crudeza y cinismo, el deporte, la religión, la ciencia, la cultura, la contracultura, el mercado, el mercado norte, la familia, la amistad, los periodistas de toda clase y especialmente algunos vecinos de Alberdi y ex socios comerciales.

Así llegaron obras cumbres de su filmografía como: “Primero el Fernet, después la coca”, “Las Iglesias iluminan cuando se incendian” o “El precio de la verdad es caro y ando corto de efectivo”.

Por estos motivos y otros que nunca diremos, esta noche como gran debut del cine negro de los monos, tendremos un extracto de “Ni el dinero, ni la gloria”, polémico film que le costo a Olivio Duran amenazas de muerte, allanamientos en su vivienda y la eterna antipatía del Gremio de Futbolistas Retirados.

A continuación, sin cortes y en toda su crudeza exhibiremos “Ni el dinero, ni la gloria”, una obra inquietante, también conocida como “La fiesta del ascenso”. Adelante…

El Cine Negro de los Monos 0: “Mi zunga de leopardo”

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La ausencia de Silvio generó una escalada literaria en Alberdi. Al desentenderse la policía del paradero del taciturno escritor, empezaron a surgir numerosos mitos y leyendas en torno a su figura. Se tomó la esquina de Santa Rosa y Chubut como un lugar simbólico, de peregrinación de fanáticos que pegan en las aceras pequeños dibujos de guitarras blancas, o dejan, reverencialmente restos de sanguches de milanesa en los umbrales de las puertas.

Algunos escépticos llegaron a afirmar que Silvio jamás había existido, que era una pantalla de humo para tapar otras cosas mas graves. Otros, igual de descreídos, llegaron a la conclusión de que es imposible que una sola persona se encargue de repartir relatos de antiguos blusistas todos lo domingos del año, casa por casa.

Sin embargo, hay un grupo de literatos que difunden y nutren su leyenda. Es el caso del filólogo M.Lynch, que desde su estudio situado en Coronel Olmedo y 9 de Julio, nos comentaba lo siguiente:

Misiva Lasciva XXI: “De Alberdi”

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CHANGO RODRIGUEZ: “…Yo tengo un mundo diferente en mis manos. Yo tengo mi guitarra y mi canto, y eso es mi vida. Las canciones que han salido de mí, traspasaron las fronteras y están en la calle. Es como si yo estuviera en libertad…”

Más allá de el dolor tremendo de las cuatro paredes de la celda en el pabellón once de la penitenciaría de San Martín, el chango Rodríguez hacia estas declaraciones a una revista de folklore argentino allá por el año 1966, tres años después de ser encarcelado por el asesinato de un hombre de apellido Alvarez.

Misiva Lasciva XX: “El desvanecimiento de Hendrix”

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No se puede determinar con certeza a que hora colapso Hendrix. Se sabe, eso si, que a las 10: 45 de ese glorioso Lunes, quedo registrado el llamado oficial a los paramédicos. Jimi se había desplomado detrás del escenario tras dar un concierto histórico de más de dos horas.

Mucho mas temprano, esa mañana del 19 de Agosto de 1969, Jimi Hendrix llevaba despierto alrededor de 3 días, y el resto del grupo tampoco había dormido demasiado. Se hablaba de una multitud de proporciones bíblicas, y lo paradójico es que Hendrix seguía con cierto pánico escénico, y hasta esa fecha, había tratado de evitar tocar frente a multitudes, prefiriendo teatros y lugares pequeños.

Misiva Lasciva IXX: “Estaba en llamas cuando me acosté”

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No se puede determinar con certeza a que hora comenzó el incendio. Se sabe, eso si, que a las 11:45 de ese tristemente célebre Miércoles, quedó registrado el llamado oficial a los bomberos. Un vecino del edificio de al lado divisó el humo negro saliendo por la ventana del octavo piso y no tuvo dudas: el departamento del escritor de Alberdi había sido, por fin, ganado por el fuego.

Cerca del mediodía, todos los habitantes del edificio siniestrado habían sido desalojados por precaución. Todos se encontraban en la calle, algunos en paños menores y con objetos de valor que podían transportarse bajo el brazo. Todos se preguntaban lo mismo:

¿Qué había pasado y dónde estaba Silvio?

Misiva Lasciva XVIII: “Un poco de miedo”

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Augusto: ¡Acaba de llegar ese vasco cascarrabias que vive en el pasaje Aguaducho, señor!....Ese dinosaurio que milita por el patrimonio del barrio y….No señor, no señor, no se que demonios hace en el edificio…...Esta tocando el portero y….....Los muchachos me informaron que anoche fue la primera vez que se vieron, pero es obvio que están tramando algo, porque…...Hay que intervenir, hay que intervenir…!!..….Están conspirando señor!.. ....No podemos dejar que estos principiantes se nos burlen en la cara…!


El portero eléctrico volvió a sonar con rotunda insistencia. Esto genero pánico en el mozo, que soltó la botella de ginebra violenta y torpemente mientras gritaba:

(RUIDO DE BOTELLA QUE SE ROMPE CONTRA EL PISO)

MOZO: (CON UN MIEDO TERRIBLE) ¡Son lo Griegos…Son los Griegos! Ahora si que cagamos…!!!... Ahora si que cagamos…!!!...Te voy a matar Roberto…Te voy a matar antes de que te maten ellos y me maten a mi…Yo te voy a matar primero!!...Que desgracia Dios mío, ahora sí que cagamos…¿Qué vamos a hacer Silvio?...¿Que carajo vamos a haceeeeer..?

Misiva Lasciva XVII: “Mentiras, mentiras, mentiras”

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Augusto:…Los estamos siguiendo las 24 horas señor. En este momento están en el departamento de Silvio, han pasado el resto de la noche allí……Cerca de la medianoche en lo del Viejo Joe, y después en un cyber de Colón y Mendoza….¿Como dice?..….Imposible, Blancanieves no ha salido de ese edificio, lo hemos vigilado desde el primer día…… Las dos veces que salió con el estuche de guitarra lo interceptamos y…….Eso, sanguches de milanesa y libros viejos, nada más. Si usted quiere, entramos ya mismo y terminamos con todo este asunto……Entiendo, el cumpleaños, la emoción de la sorpresa, es otra la imagen que vamos a dar……Un momento señor, alguien se ha bajado de un taxi y se dirige al edificio con unos bolsos gigantes….Lo mantendré al tanto. Esto no me gusta nada….



Cerca de las nueve de la mañana llegó Roberto. Cargado de un equipaje exageradamente abultado, como si tuviera planeado quedarse mucho tiempo. Apenas ingresó a mi casa, abrazo al mozo efusivamente y, luego se dirigió a mí en un intento de saludarme con el mismo fervor. Yo mantuve la distancia con un gesto casi amenazador y me senté cerca de la ventana que da para el patio interior del edificio.
Con una confianza en extremo descarada, Roberto, saco unas cuantas piedras de uno de sus múltiples bolsos y las desplegó en puntos estratégicos de la habitación. Acto seguido, prendió unos extraños sahumerios de colores chillones y una vela que parecía un sirio pascual desteñido.
Por fin, se sentó en el piso, en posición de loto, y nos dijo...

Misiva Lasciva XVI: “Esperando el milagro”

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Capilla del Monte es una ciudad del departamento Punilla, que se encuentra a 109 km de la ciudad de Córdoba. Es muy conocida por estar ubicada al pie del Cerro Uritorco, y desde hace un par de décadas, diferentes grupos new age se asientan en las inmediaciones de la ciudad y el cerro para dedicarse a distintos tipos de búsqueda espiritual o esotérica. No son pocos los que hablan de una «puerta» a la cuarta dimensión en el propio Cerro Uritorco.

Me resulta confuso entender que esconde un término casi geométrico como “cuarta dimensión”, y otro tan arquitectónico y metafórico como “puerta”.

Los aborígenes originarios fueron mucho más claros: “Gigante de piedra” quiere decir Uritorco en lengua Comechingón.

Misiva Lasciva XV: “El pacto”

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Si alguna vez han leído a Franz Kafka, habrán comprobado que en sus textos hay una fuerte angustia de pesadilla, nacida me parece, de un absoluto desconocimiento de las fuerzas en juego.

Kafka es astuto, diseña corredores oscuros, sin fondo, inescrutables… de los que se desprende una ley brumosa pero eficaz: Sus personajes sospechan que existe algo, pero ese ALGO nunca se revela. Su fuerza reside, precisamente, en perseverar el misterio.

Y el misterio, estimados oyentes, es la última carta que me queda por jugar en la historia de Blancanieves.

Misiva Lasciva XIV: “Silencio”

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Las posibilidades del olvido son infinitas, igual que las del silencio. Toda omisión se construye arriba de otra, casi siempre más dolorosa y profunda. Aunque el silencio, no implica necesariamente olvido. Desde el silencio, se puede escuchar. Desde el silencio, nos hablan los olvidados.

Donde ahora se ubica Alberdi, antes estaba El Pueblito de la Toma, llamado así porque allí desembocaba la acequia que abastecía de agua a la ciudad. Ahí vivieron los últimos comechingones, con ritos y caciques incluidos. El Pueblito pasó a denominarse Alberdi el 6 de septiembre de 1910 en homenaje al centenario de Juan Bautista Alberdi. De este modo, se dejó atrás su pasado aborigen.

Sobre ese olvido se erigen otros, no menos contundentes e irrecuperables. En la esquina de Colón y Neuquén, donde se encuentra el último almacén de Ramos generales del barrio, llamado irónicamente “Victoria”, el viejo Joe me cuenta sobre su derrota más cercana y dolorosa…

Misiva Lasciva XIII: “El golpe”

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Me despierto desorientado. Me duele mucho la cabeza. Estoy sentado en una butaca tipo pullman de color naranja. Miro hacia atrás y veo 319 butacas iguales, en filas, fríamente ordenadas. Me duele la cabeza atrás, en la nuca, y no recuerdo casi nada. Al frente mío hay un escenario en plena reconstrucción o algo así.
Estoy en la primera fila de las 320 butacas color naranja, de lo que parece un teatro. Su estilo es ecléctico, con predominio de elementos neoclásicos y detalles de art decó. Escucho pasos que vienen desde atrás del escenario. Alguien se está acercando y parece subir unas escaleras. Ahora esta en el escenario: El tipo es menudo, alegre y tiene vendas…¿Vendas?...sí…. y dos celulares en sus manos. Me mira y está a punto de hablarme. Me duele mucho la cabeza para que todo esto sea una pesadilla.

Misiva Lasciva XII: “Desaparecer”

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“La muerte hace preciosos y patéticos a los hombres. Estos conmueven por su condición de fantasmas; cada acto que ejecutan puede ser el último….Todo , entre los mortales, tiene el valor de lo irrecuperable y azaroso”

Estas palabras, que desde luego no son mías, me han venido a ilustrar el encuentro con el mozo, que al final del mismo me pareció heroico, sublime, necesario. Pero que al principio de iniciar la conversación, se me antojaba torpe y banal como casi siempre.

MOZO: Buenas tardes Silvio, no se como ha podido reconocerme a pesar de mi irreconocible disfraz….Se ha asegurado que nadie lo siguió hasta acá?