Misiva Lasciva XVIII: “Un poco de miedo”




Augusto: ¡Acaba de llegar ese vasco cascarrabias que vive en el pasaje Aguaducho, señor!....Ese dinosaurio que milita por el patrimonio del barrio y….No señor, no señor, no se que demonios hace en el edificio…...Esta tocando el portero y….....Los muchachos me informaron que anoche fue la primera vez que se vieron, pero es obvio que están tramando algo, porque…...Hay que intervenir, hay que intervenir…!!..….Están conspirando señor!.. ....No podemos dejar que estos principiantes se nos burlen en la cara…!


El portero eléctrico volvió a sonar con rotunda insistencia. Esto genero pánico en el mozo, que soltó la botella de ginebra violenta y torpemente mientras gritaba:

(RUIDO DE BOTELLA QUE SE ROMPE CONTRA EL PISO)

MOZO: (CON UN MIEDO TERRIBLE) ¡Son lo Griegos…Son los Griegos! Ahora si que cagamos…!!!... Ahora si que cagamos…!!!...Te voy a matar Roberto…Te voy a matar antes de que te maten ellos y me maten a mi…Yo te voy a matar primero!!...Que desgracia Dios mío, ahora sí que cagamos…¿Qué vamos a hacer Silvio?...¿Que carajo vamos a haceeeeer..?


El mozo estaba fuera de sus cabales, y caminaba con un paso corto y nervioso de un lado de la habitación al otro, insultando a Roberto y tomándose la cabeza con ambas manos en señal de desesperación. Roberto, con el semblante sereno y el tono templado, trató de tranquilizarlo…

ROBERTO: (CON TONO VOLADO Y MUSICAL)…Primo del alma, no sucumbas ante las malas energías. Debes mantenerte en tu centro armónico. Todavía no sabemos quien está en la puerta del edificio. No tienen que ser necesariamente los griegos…El señor Silvio puede estar esperando a alguien…

MOZO: (CON UN ATAQUE DE NERVIOS) ¡Que va a estar esperando a alguien Silvio, si es mas solitario que un guantazo siestero…! Son los griegos que nos la vienen a dar…. Y todo por tu culpa Roberto….No atienda Silvio, por las dudas no atienda…No lo vamos a engañar con esa imitación barata que trajeron estos endrogados…¿Que carajo vamos a haceeeeer ahora..?… ¿Que carajo vamos a haceeeeer..?

Cuando el mozo terminaba de pronunciar estas groseras palabras, se escucharon unos golpes en la puerta de mi casa...

Esto fue demasiado para el profesional de la bandeja. De repente, se inclino hacia el piso tomándose el estómago como si estuviera descompuesto, y acto seguido salió disparado como un rayo hacia el baño. Cerró la puerta con inusitada violencia y puso cerrojo desde adentro. Por unos cuantos minutos, se consagró a un silencio absoluto.

Mientras tanto, sin consultar a nadie y en un acto de descarada confianza, el amigo de Roberto abrió la puerta de mi casa para atender a quien estaba del otro lado. No eran los griegos, era Elisa, la abuela del niño del patio interior.


ELISA: (HABLANDO RAPIDO Y SIN PARAR)…Como les va…? Como les va…? Disculpen que interrumpa la reunión, pero vine a traerle un presente. Usted debe ser Silvio ¿No?. Deje que me presente, yo soy Elisa, la vecina del primero “B”, la abuela de Tomasito….. Tomás me ha hablado mucho de usted…Lo quiere taaaanto...Es que claro, el padre nunca le dió bola y mi hija está todo el día trabajando. Así que……Mire, a ese chico prácticamente lo he criado YO, me lo encajan a mi casi todos los días…y se aburre de mirar tele, por eso construyó el fuerte de soldaditos ahí en el patio. A veces se pasa horas y horas, y claro, yo estoy cocinando y haciendo las cosas de la casa y no puedo…¿Viste? Y es tan solitario el Tomasito, yo le digo: Anda a jugar con los chicos del 4 “C” o los del 3”A”, y no quiere….Por suerte está usted leyendo ahí en el patio todos los días y el se siente acompañado……EL otro día, sin ir más lejos, estábamos en la plaza Colón y….(SIGUE HABLANDO SIN PARAR Y CADA VEZ SE ESCUCHA MENOS).

Me perdí en ese inmenso mar de palabras, en ese monólogo infértil y rítmico que nos tenía hipnotizados a mí, a Roberto y a su amigo de la comunidad del Cerro Uritorco. Y mientras el portero eléctrico sonaba con más furia e insistencia que nunca, no pude hacer otra cosa que pensar en los Medicine Shows del Sur profundo….


Los Medicine Shows vienen a ser el vodevil del pobre: Una serie de espectáculos realizados desde una carreta con toldo, que incluían música, humor, malabares, historias siniestras y remedios caseros.

Tenían el siguiente formato: Uno o dos charlatanes-músicos-payasos intentaban atraer a los clientes tocando el banjo y el violín, mientras vociferan con tono estruendoso anécdotas truculentas, mitos deformados y chismes baratos e in comprobables. También solían ejercer alguna destreza física, malabares o cualquier cosa que llamara la atención de los ocasionales transeúntes.

Al fin, el espectáculo terminaba indefectiblemente de la misma manera: Con la exposición y venta de un elixir milagroso que todo lo cura, desde las penas del corazón hasta el dolor de espaldas.

Estos espectáculos fueron una de las grandes escuelas donde los músicos populares del sur de Estados Unidos aprendían ya fuera el blues o el country. Estos espectáculos, fueron también la persistencia inútil en una idea central en la historia de la humanidad: La búsqueda de una fórmula prodigiosa e instantánea que cure nuestras miserias y extirpe nuestros sufrimientos, sin dejar rastros ni cicatrices.


El portero eléctrico ya había dejado de sonar hace rato, cuando la abuela del niño del patio interior logro terminar su incesante discurso y se retiro de mi casa, no sin antes dejarme una pasta frola gigante sobre la mesa del living.

Roberto y su amigo me invadieron la cocina en busca de utensilios que le permitieran atacar el noble postre, y se dispusieron a preparar un té medicinal para bajar la ansiedad del mozo y desayunar en “comunidad” antes de tomar cualquier tipo de decisión.

Justo en el momento que me disponía a recoger los vidrios de la botella de ginebra que se había hecho añicos en el piso, escuche la traba del baño abriéndose, y vi la cara del mozo asomarse por la puerta entreabierta. Un poco más calmado, con el rostro sudado y la respiración serena, el mozo me susurro con un tono vergonzoso:

MOZO: Disculpe que lo interrumpa Silvio…pero…¿No tiene un poco de ropa para prestarme.... y un cachito de papel higiénico?


Desde Alberdi, les escribió Silvio
Desde el infierno del Dante…pero sin Dante.



D
Ya lo sabemos
G
Todos tenemos un poco de miedo
D
Ya lo sabemos
G
Todos tenemos un poco de miedo

D
Cuesta levantarse a veces
G
Y creer ke nada fue en vano
D
El silencio es complice
G
Y le angustie el dolor

D
De los días vuelven cosas
G
Y las cosas cambian facil
D
Una vez no ves y otra vez
G
Crees Ver todo al reves



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