El Cine Negro de los Monos: “Dime con quién andas y te diré quién eres”

Buenas noches, radioescuchas. “Una muerte casual” es la segunda parte de una trilogía de Olivio Durán que marcó para siempre la saga del detective Sam Valent. Dicha trilogía comenzaba con la recordada “Destino de luto….”, film estrenado en 1985 y, en apariencia insuperable. Sin embargo “Una muerte casual” dio por tierra con el mito clásico del cine, que nos dice que segundas partes nunca fueron buenas. En este caso específico… los dos films son un desastre.


Y a pesar que ambos cortometrajes fueron un éxito de taquilla, la crítica especializada se dividió: Mientras algunos cronistas la tildaron de aburrida y poco original, el resto de los cronistas… ni siquiera se molestó en ir a verla.


Ante semejante indiferencia por parte del periodismo de espectáculos, el polémico cineasta de Alberdi, se negó a dar a conocer la esperada tercera parte, como acto de protesta contra la opinión oficial de la industria.


Es que la obra de Olivio Durán siempre disgusto a los cinéfilos ortodoxos. Estos, jamás consagraron ninguno de sus films, a pesar de un cierto reconocimiento a su polémica capacidad de síntesis académica, lo que en realidad no es un elogio, sino que hace énfasis en que Olivio se graduó en la facultad sin tesis o trabajo final aprobado.


Tampoco se vio con buenos ojos que solo quisiera filmar en Alberdi, y que abusara de los inversores locales pidiendo adelantos económicos que luego despilfarraba sin el menor escrúpulo. Sucede que, sus ajustadas necesidades lo llevaron a realizar emprendimientos paralelos al oficio de cineasta. Y en el mismo barrio en donde filmó toda su obra, cultivo también nostalgias de la infancia, amores de juventud y cannabis sativa. Esta afición por la jardinería ilegal lo ayudó a solventar sus vicios en tiempos difíciles y lo hizo popular entre algunos barras bravas y homeópatas de la zona.


También debemos destacar que en su juventud Olivio Durán pudo haber sido un reconocido profesional, ganar mucho dinero y llevar una vida cómoda y lujosa si se dedicaba a la publicidad televisiva. Pero en cambio eligió la pasión por el cine, las producciones riesgosas y su particular visión del séptimo arte. Es por eso, que luego de más de 50 años de trayectoria y con su obra a la vista, nos preguntamos: ¿Por qué carajo no eligió ser publicista televisivo?


Pero no estamos acá para especular sobre lo que pudo haber sido y no fue. Estamos, para reivindicar una omisión histórica: Tras 25 años de espera, y en carácter exclusivo para el Cine Negro de los Monos, tenemos la tercera y última parte de una trilogía denostada por la crítica y aclamada por el vulgo. Sin más prolegómenos exhibiremos sin cortes y en toda su crudeza “Dime con quien andas y te diré quien eres…”. El cierre de un tridente perfecto que jamás debió quedar inconcluso. Adelante…


(SAM VALENT EMPIEZA SU MONOLOGO CON ELOCUENCIA)
“…La pérdida de un ser querido nos obliga a valorar el tiempo vivido en este mundo, nos lleva a indagarnos sobre lo efímero de esta existencia, y nos pone en el compromiso de asistir al velorio y comprar un arreglo floral.


Esta clase de acontecimientos nos debería hermanar en nuestra trágica condición de mortales. Pero en mi familia suele ser el puntapié inicial para reflotar viejos odios e instalar nuevos tipos de conflictos. Es por eso que el fallecimiento de mi acaudalada y solitaria tía Eulogia fue el disparador de ambiciones desmedidas y disputas de difícil resolución aquella tarde de Domingo que ya nadie puede olvidar…”


SAM: Buenos tardes querido Wilfredo Valent….


WILFREDO: Sam, hermano mío …(CON TONO APESADUMBRADO)…tanto tiempo sin vernos... ¿Cómo te enteraste de la tragedia?


SAM: …Estaba buscando información sobre un caso difícil y me llamó nuestro cuñado Carlos a mi celular….”No somos nada”, me dijo …”La tia Eulogia se nos fue esta mañana”. Le conteste que yo por lo menos era sobrino de sangre, y el muy grosero me corto.


WILFREDO: Estuviste mal Sam. Carlos es muy sensible respecto a su lugar en la familia, es como que vos nunca lo terminaste de aceptar…Por eso reaccionó de esa manera…


SAM: Nunca tuve problemas personales con él, a pesar de que lo considero un oportunista, mezquino, mediocre, falso y bueno para nada. Lo que me molesta es que siempre intentó manipularlos a todos con ese discursito de que la familia es sagrada y de que todo será mejor si estamos unidos….


WILFREDO: Eres muy frío Sam. En ese sentido yo soy como Carlos, soy un tipo pasional, creo que los lazos afectivos son importantes, que no se puede vivir sin amor…


SAM: …En realidad no se puede vivir sin páncreas…… Pobre tía Eulogia…Si hubiéramos conseguido un donante a tiempo….


WILFREDO: (PERDIENDO LA PACIENCIA)…A eso me refiero Sam...! Carlos movió cielo y tierra para encontrar un donante, mientras vos te la pasabas en los bares perdido entre apuestas y alcohol…


SAM: …Primero que nada, Wilfredo, jamás estuve perdido, se muy bien a que bares fuí. Y segundo que lo más cerca que estuvimos de encontrar un donante, fue aquel muchacho que lleve la semana pasada al hospital…


WILFREDO: …Pero eso no cuenta hermano mío!....(INDIGNADO). Los dos estaban completamente ebrios y vos le ganaste el páncreas en una mano de pócker…!


SAM: Había que conseguir un donante y yo lo hice. Fue algo concreto que gestione por la tía Eulogia, y ustedes lo desperdiciaron con planteamientos asépticos y morales. Nos hubiéramos ahorrado todo este velorio si hubiéramos cobrado la apuesta, pero claro…(CON SARCASMO)…Lo que Sam propone nunca es tomado en serio…Si lo consiguió Sam Valent debe ser algo turbio y poco recomendable…¿Verdad?


WILFREDO: No seas ridículo Sam: ¿A cuantas personas conoces viviendo con un órgano ganado en una apuesta clandestina? Además: ¿Qué médico estaría dispuesto a realizar una cirugía ilegal a cambio de dinero?...


VALENT: No puedes ser más ingenuo querido Wilfredo….Hasta me ofrecí a llevarles una lista con profesionales para chantajear por el asunto…


WILFREDO: Pero es ilegal Sam…! Tú sabes que la familia está en contra de tu forma de vida marginal y fuera de usos y costumbres mínimamente decentes…


VALENT: Ay… Wilfredo que iluso eres con eso de la legalidad. Te voy a contar algo que no sabes: A nuestro cuñadito Carlos, le convenía que la tía Eulogia se fuera a tocar el arpa. La herencia es caudalosa, él está lleno de deudas y en el fondo nunca tuvo muchos escrúpulos detrás de esa imagen moralista que les vendió a todos…Además, tengo información confidencial: Las cosas entre Carlos y nuestra hermana no están en el mejor momento…El divorcio es inminente….Solo que no lo quieren admitir porque está en juego la cuestión de la herencia.


WILFREDO: (MAS CALMADO Y CON CURIOSIDAD)…Lo dices en serio Sam? En esto si te voy a dar crédito, yo también he notado que en los últimos tiempos la relación estaba deteriorada. Pero cuéntame ¿Qué clase de información tienes?


VALENT: Me entere por casualidad. La semana pasada estaba en la taberna de Joe tomando unas copas y empecé a hablar con un tipo de aspecto extraño. Nos pusimos a filosofar sobre la vida. Y mientras hablamos de las malas influencias y de lo difícil que es encontrar gente de confianza, yo le cite la trillada frase…“Dime con quien andas y te dire quien eres…”


WILFREDO: …Y el tipo que te dijo?…


VALENT: …Me contesto que andaba con mi hermana, que la había conocido hace poco…Ahí me di cuenta que la relación con Carlos solo se mantenía para aspirar a la herencia de la tía Eulogia…


WILFREDO: (CON SORPRESA) ¿Entonces el matrimonio entre nuestra hermana y Carlos es una farsa y solo se mantienen unidos para cobrar la herencia…?


VALENT: Así es querido Wilfredo, como todos sabemos en esta familia, la tía Eulogia era muy católica, nunca tuvo hijos y en su testamento aclaro que dejaría su herencia solo a los descendientes que estuvieran ungidos por los sacramentos tradicionales de la iglesia. Yo, gracias a Dios soy ateo y tú, te convertiste hace unos años al budismo para levantarte a esa profesora de Yoga. Estamos en el horno hermano…no veremos un peso de lo que ahorro la vieja….


WILFREDO: (INDIGNADO)…Es cierto Sam, con esa cláusula del testamento quedamos excluidos, y todo será para esos miserables, que ni siquiera están juntos. No puedo creer que el turro de Carlos y la arpía de nuestra hermana se comploten para traicionarnos por unos pocos miles pesos…


VALENT: (METIENDO FICHAS)…No son unos pocos miles de pesos Wilfredo, son 6 millones de Euros en total. Hace como 30 años que la vieja avara no gastaba ni en maquillaje, que buena falta le hacía para no andar tan sola….


WILFREDO: (FUERA DE SI)…Estoy indignado Sam, esto no va a quedar así… Ahora mismo los encaro a los dos caraduras esos y me van a tener que escuchar. Al final tenías razón, ese Carlos es un oportunista, mezquino, mediocre, falso y…..y nuestra hermana también. Pero ahora van a ver, les voy a armar un escándalo que ni se imaginan…!!!!


VALENT: Ve hermano, ve a sacar los trapitos al sol, que todavía hay tiempo…..(SAM SE QUEDA HABLANDO SOLO)…Ay este Wilfredo siempre igual….calentón y desbocado como su hermana…Al final yo tengo razón: Todo es mentira, nada es amor…



Do SIb Fa Verás que todo es mentira, verás que nada es amor,
Do Fa Do Fa LA7 REm
que al mundo nada le importa, yira, yira...
Do Sib Fa
Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor,
Do Fa Do Fa
no esperes nunca una mano, ni una ayuda, ni un favor...



NARRADOR: En Alberdi no hay corazón. La gresca que se armo en el velatorio de la tía Eulogia fue de proporciones bíblicas. Una insólita pelea entre familiares y amigos que produjo un principio de incendio en la casa. Lamentablemente, entre los papeles alcanzados por el fuego estaba la última voluntad y testamento de Eulogia Segismunda Valent. Al no haber ninguna copia oficial del documento, el dinero termino siendo repartido en partes iguales a cada uno de los tres hermanos, sin importar estado civil, religión o meritos de ningún tipo.


No nos queremos hacer eco de las malas lenguas, pero algunos vecinos comentan, que mientras la violencia y el fuego se apoderaban del infortunado velorio, alguien se escabulló por la puerta trasera de la casa con un papel amarillento entre sus manos y un gesto descorazonado en su rostro.

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