Sacando la perla de la concha

Volvió a ponerse de moda el tema del aborto en Argentina, pero esta vez no fue por una víctima de su ilegalidad, sino porque, como habrán notado en las calles, el proyecto de despenalización empezó a ser discutido en la Cámara de Diputados. Ayer lo cajonearon y lo patearon para el año que viene, pero bueh…

Como sucedió en situaciones similares, gran parte de la comunidad religiosa salió a protestar y a pedir que nada cambie. Estas cosas me hacen preguntarme si todos ellos están convencidos de lo que gritan o si obtienen algún rédito con sostener la vigencia de los valores y las condenas del pasado.


Hace bastante tiempo, había escuchado una conspiranoia de lujo al respecto. Una amiga dijo que “lo que ellos quieren es que sigan naciendo pobres para poder tener mano de obra y gente sobre la cual ejercer el dominio económico, político y discursivo”. Suena verosímil a simple vista, sin embargo, la Iglesia, en este contexto histórico, no está siendo dueña del discurso hegemónico, y es más probable que un pobre vote a Cristina que a algún conservador religioso… bueno… no es que hubiéramos tenido muchos candidatos que lleven un crucifico colgando del cuello… mucho menos uno que tenga un coeficiente intelectual superior al de una marmota.

Ante esta duda, no me quedó otra alternativa que invitar al Monseñor de la Brochette, vice director de la orden de los Clavos de Cristo y profesor de Lengua en el hogar para huérfanos Ortus Conclusus. Buenas noches, Monseñor.
MdlB – Buenas noches. Es un embole… ejem… placer para mí el estar aquí como invitado.

Flash – Monseñor, ¿cuál es su postura frente al derecho de la maternidad?

MdlB – Misionero. Pensé que estaba claro. Igual, hay otras que me re caben…

Flash – En realidad me…

MdlB – El pajarito tomando agua…

Flash – ¿Qué? ¿Eso existe?

MdlB – Esa en la que uno se inclina y apunta la nariz…

Flash – No, no; por favor. En realidad me refería a su posición frente al aborto.

MdlB – Ah, no; ahí no participo. Las monjas saben lo que hacen.

Flash – No, Monseñor; lo que digo es cuál es su opinión.

MdlB – Aaaahh…. Hable más claro… completamente en contra.

Flash – ¿Por qué?

MdlB – Muchas razones. Por un lado, está el hecho de que, si se despenaliza el aborto, el país se convertirá en un fornicadero supermasivo, cual si fuese el fin del mundo en Sodoma. Pero eso no es lo peor, sino que además, la gente laica no tendrá pudor, siquiera, en vulnerar la pureza de nuestras monjas.

Flash – Más allá de que no me suene posible, me imagino que el problema reside en que eso violaría el voto de castidad.

MdlB – Y nuestro derecho de exclusividad.

Flash – Por cierto, ¿qué tienen los clérigos con el sexo?

MdlB – Ganas.

Flash – No, digo, ¿qué tienen contra la práctica sexual? Porque sé que cuando se estableció el celibato sacerdotal, fue porque se dilapidaban los bienes de la iglesia en la descendencia. Pero ahora, ¿por qué se lo condena tanto entre los fieles?

MdlB – Es un asunto muy simple. El sexo hace feliz a la gente, y la felicidad la vuelve difícil de domesticar. Y como nosotros no tenemos un grupo Clarín para declarar como enemigo del pueblo, sino un pasadísimo de moda Satanás, no nos queda otra que sostener el embole público para dar una esperanza en la otra vida.

Flash – Volviendo al tema de hoy, ¿qué otra razón tiene en contra del aborto?

MdlB – Bueno… es un asunto delicado a nivel humano, ya que hay mucha gente desempleada en las calles. Sin embargo, considero que la legalización del aborto sólo contribuiría con el desempleo.

Flash – Personalmente, a mí me parece justamente lo contrario. Muchos niños son abandonados por sus madres en orfanatos o nacen en condiciones de extrema pobreza.

MdlB – Por supuesto, pero hay mucho trabajo para ellos; albañil, jardinero, mecánico…

Flash – ¿Y par alas mujeres?

MdlB – Mucama, secretaria, puta… ¿Ve lo que digo? Para los pobres y los huérfanos, empleo, hay; lo que trae el aborto es desempleo para aquellas personas que viven de la beneficencia y la angustia de los desesperados. El aborto para todos es una terrible traba a la proveeduría de niños y niñas que nacieron destinados a entretener a nuestros más solidarios miembros.

Flash – Está bien. Le agradezco mucho que no haya dicho la palabra “poronga”.

MdlB – Ha sido un placer.

La despenalización del aborto se ha convertido en un tema candente, lo que demuestra que son tiempos de cambio. Tristemente, el cajoneo que sufrió el proyecto, también nos habla del poco interés que hay en tratarlo en este momento. No haberle querido dar quórum al tratamiento del proyecto nos habla de lo forros que pueden llegar a ser algunos cuando algo les resulta políticamente inoportuno.

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