Misiva Lasciva: La bohemia




Córdoba, 20 de Octubre de 2011

Imagínese una década teñida de nostalgia amarga…….Le hablo de un tiempo que los menores de veinte años no pueden conocer. Sí, me refiero a Montmartre por aquella época, cuando colgaban sus lilas bajo las ventanas del barrio, y esto era una humilde protección que les servía de nido a los artistas. Eso no se pagaba con nada, y es allí dónde la conoció….. él se quejaba de hambre todos los días, y ella…… posaba desnuda para ser inmortalizada en un lienzo.


MOZO: …..Que épocas Silvio…Así que conoce Europa?

No, no, no….Esto no me pasó a mí, esto lo escribió un señor llamado Charles Aznavour junto a otro que se llamaba Jacques Plante.

MOZO: Aaaaah, me parece que los conozco….¿No completaba la delantera Michael Plattini?

Puede ser, pero eso no es lo importante. Ya sea poesía, pintura, música…..o deportes……. el momento mágico, el momento impagable, reside en un instante extraordinario. ¿Me entiende? Hay algo que sucede cuando las palabras o los colores, o los sonidos ……..o una circunferencia de cuero pateada por un orangután……abandona su rutina cotidiana, su técnica monótona y se abren paso hacia la belleza, permitiendo a todos los espíritus aflojar con las resistencias de la razón y tejiendo una respiración común….latiendo para todos, ASUMIENDONOS a todos….. ¿Lo ve?...¿Lo ve?....

MOZO:…Sí, lo veo Silvio, lo estoy sintiendo: Genio….genio….genio…..tá…..tá…tá…..Goooooooooool……..Gooooooooooooooool….Barrilete cósmico….¿De que planeta viniste?.....Para apilar tanto Ingles….Para que el país sea un puño gritando por Argentina 2, Inglaterra 0……Gracias Dios….por este gol, por estas lágrimas…..Por este Argentina 2……..Inglaterra CERO…………..

Levantese….¿que hace arrodillado en el piso? Ya esta grande para esas cosas, la gente que pasa para el Clínica nos esta mirando…caramba….Además me interrumpió la historia que le estaba contando.

MOZO:…Perdón Silvio, perdón,….es que me emocioné, me transporte en el tiempo….Yo no se como hace, pero con ese chamuyo que usted tiene no me pude contener…..

Bueno, bueno….Le decía que en los cafés aledaños de París estaba poblado de artistas que esperaban todos los días un milagro…..la gloria. Y aunque desvalidos y con el vientre hueco de comer cada dos días…. no dejaban de creer y desear eso. A veces sucedía que en algún bar, tras una buena comida caliente les compraban alguna pintura o alguna obra, y entonces podían sobrevivir unos cuantos días, pagar tabaco y darse el lujo de recitar versos agrupados alrededor de la estufa….olvidando el invierno.

Y detrás de todo esto que le estoy contando……el amor, esa palabra.

Aznavour lo cuenta así: “A menudo posaba toda la noche delante de mi caballete… hasta la madrugada… en blanco, retocando el dibujo, la línea de un pecho, la curva de una cadera y sólo por la mañana nos sentábamos por fin delante de un café con crema, agotados pero encantados, nos hacía falta poco….muy poco.”

El final por supuesto es triste….cuando por azar un día, el personaje comete el error de volver a dar un paseo por su antigua dirección….. no reconoce nada, ni las paredes, ni las calles, ni los cafés que vieron su juventud. En lo alto de una escalera busca el taller de antaño, del que ya nada perdura. En su nuevo decorado, Montmartre parece triste y las lilas están muertas. La bohemia…..ya no quiere decir nada más.

MOZO:…Pero eso es un Tango Silvio….Mucho París, mucho nombre francés y termina llorisqueando…..Mire la hora que es, mire como desfilan las chinitas arregladas para el Estadio del Centro…Al final usted se queda pensando en todas esas cosas……y perdóneme que me meta, ya no tendremos 20 años….pero hay que salir más seguido…..Hoy es un Viernes, son las once y media de la noche y usted está aquí conmigo, hablándome de un pintor que se cagaba de hambre bajo unas lilas muertas y escribiendo para esa radio que no la escucha ni usted…..No, no es así la cosa…….Deme cinco minutos que ordeno todo y le invento una escusa a la bruja, así nos vamos ya mismo para el baile…..Ahí busco el celular, le mando un mensajito y por favor…. deje ese estuche de guitarra abajo del mostrador, y lo busca mañana.

No se porque demonios le hice caso. Como tenía que cerrar la caja y acomodar pocillos de café en el lavatorio, agarré el celular a pedido de él y le escribí a la esposa una cita de Rayuela como escusa: “Voy a llegar tarde querida, pero no te preocupes y dormí tranquila, porque solo en los sueños, en la poesía o en el juego nos asomamos a veces a los que fuimos antes de ser esto, que vaya a saber si somos”.

Y así nos fuimos, con una ginebra que sacamos de la bodega del bar, a simular una bohemia extraña, lejos de Paris y cerca del Suquia.

A las 12:45 llegó un mensaje de la esposa: “Más vale que no vuelvas borracho”.

Ya era demasiado tarde.

Desde Alberdi, les escribió Silvio, el tanteador de fisonomías vernáculas.





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