La peste negra

La peste negra o bubónica fue una devastadora pandemia que asoló Europa en el siglo XIV, causando la muerte de una tercera parte de la población del continente. Su brote inicial se produjo al norte de la India, probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste por los ejércitos mongoles.

LOCUTOR: Al parecer, una horda de tártaros Mongoles, la llevó al istmo de Crimea, donde habían sitiado a un grupo de mercaderes italianos en un puesto de trueque en la ciudad de Kaffa, donde actualmente se encuentra Teodosia. Escuchemos este testimonio del Jefe de Artillería Mogol….

Jefe de Artilleía: Para nosotros los mongoles, el istmo de Crimea era clave para dominar el comercio entre occidente y oriente. Por eso sitiamos a esos italianos que pretendían aguarnos el negocio en Kaffa, aun cuando la peste ya había empezado a proliferar en nuestro pueblo y cargábamos varios infectados…

LOCUTOR: Después de varios días de tener sitiada a la ciudad, los italianos seguían aguantando las envestidas mongolas, así que estos últimos empezaron a improvisar con métodos poco ortodoxos en la batalla.

Jefe de Artilleía: Yo era ese día el encargado de las catapultas, y realmente estábamos escasos de municiones. Para colmo de males, el inútil de Tlon-lón, un guerrero de escasa jerarquía, estaba agonizando por la peste, justo al lado de mi puesto de mando. Así que lo le pedí a Lonfu, mi ayudante de confianza, que se deshiciera de él.

LOCUTOR: El testimonio de Lonfu es impactante, prestemos atención por favor:

Lonfu: Como Tlon-lón estaba muriendo y se quejaba continuamente, me apresure a retirarlo. Justo en ese momento se me ocurrió una brillante idea, así que, mirando a Tlo-Lón fijamente a los ojos, le dije: “Antes de morir, podrías cumplir una importantísima misión patriótica, siéntate aquí compañero”, y lo acomode en el cargador de la catapulta que apuntaba a la muralla de la ciudad sitiada….” En ese instante, miré al Jefe Artillero y le guiñe el ojo, el entendió mi mensaje en al acto, sin que mediaran palabras…, y accionó sin titubear el mecanismo expulsor.

Jefe de Artillería: Cuando lo ví surcar el cielo azul, como una saeta envenenada, y lo escuché gritar: “¡Viva la patria… carajo!..”, me emocioné hasta el llanto…, Tlon-lón, siempre había querido ser útil en el frente, pero su habilidad guerrera no era precisamente la más afortunada. Así que, esta última acción bélica, lo transformaba en héroe, lo que Tlon secretamente ambicionaba….

LOCUTOR: De esta manera, fue como entro la peste negra a Europa, ya que los mongoles empezaron a aventar cadáveres enfermos mediante la catapulta, para menguar la resitencia Italiana. Estableciendo un precedente original en lo que puede considerarse la primera arma bacteriológica de la historia.

Lonfu: Después del exitoso vuelo de Tlon.lón, todos nos miramos por la astucia del plan que acabábamos de improvisar, y el Jefe de Artillería eufórico grito: “Es hora de utilizar armas de destrucción masiva: Traigan a mi suegra…”

LOCUTOR: Los italianos supervivientes escaparon por mar hacia Génova y, al parecer, durante el viaje no hubo ningún caso. Después que el barco atracó, al primero o segundo día la plaga se desató de forma devastadora. Desde Génova, la pandemia se extendió en semicírculo a través de Italia, Francia, Alemania y Escandinavia, llegando incluso a Moscú en 1352.





Escocia podría haber escapado de la plaga, pero quiso aprovechar la difícil situación de los Ingleses y los invadió en el otoño de 1349; conquistando con facilidad muchos condados del norte Británico, y tomando algunos prisioneros de guerra como esclavos, en un error que resulto fatal casi de inmediato. Así, la infección irrumpió en el ejército escocés cerca de Selkirk y cuando los soldados volvieron a sus hogares se dispersó por todo el país. Escuchemos el testimonio de uno de sus Generales:

General Escoces: Volvimos victoriosos y contentos de la invasión. Pero, en medio de la cena de festejo de nuestro ejército, la situación empezó a preocuparnos: John, uno de los soldados ingleses que habíamos tomado de esclavo y que estaba encargado del asado, empezó a toser frenéticamente y se puso colorado, como ardiente de fiebre…. Claro, que nosotros pensamos que era por el humo de las achuras y el calor de las brasas, así que para darle aliento alguien grito espontáneamente “…Un aplauso para el asador…”, en ese momento, John calló redondo al piso y murió. Algunos lo atribuyeron a la emoción del momento…, pero otros sospechamos con temor, de una pelota de tenis negra que se alojaba en su cuello, y supuraba pus a lo loco.

LOCUTOR: La peste había llegado a Escocia. La bacteria infecciosa Pasteurella pestis, conocida ahora como Yersinia, se multiplicaba rápidamente en la corriente sanguínea, produciendo altas temperaturas y muerte por septicemia. Estaba ya fuera de control y se contagiaba por los medios más diversos, sobre todo, por alimentos contaminados…

General Escoces: Inmediatamente después del deceso de John, vimos a otro de los prisioneros, llamado George, tosiendo de manera descontrolada. Nos pareció en general, que se había atraganto con una costilla, pero la escena se volvió muy inquietante cuando tosió sangre sobre la cara de Ringo, para luego, desplomarse en el piso súbitamente… y balbucear unas últimas y misteriosas palabras: “LET IT BE, estuvo de más…”. En ese momento nos dimos cuenta de que algo malo estaba pasando con la cena.

LOCUTOR: En ciertos casos, por razones desconocidas, la infección puede adquirir la forma de una neumonía, y no necesita de la picadura de pulgas, ni de la contaminación de la comida para expandirse, sino que se transmite de persona a persona, por contacto o a través de la respiración. En una gran pandemia existen ambas simultaneamente…

General Escoces: Tras la muerte de Ringo, todos nos avalanzamos sobre el único sobreviviente: El prisionero Paul, que parecía imperturbable ante el dramático cuadro… Desesperados, le pedimos explicaciones sobre lo que acababa de acontecer, pero estaba como ido…, desconectado de la realidad. Lo único que pudimos rescatar de su deshilachado discurso, fue lo siguiente: Toda la culpa era de una bruja oriental llamada Yoko… no dimos mucho crédito a esa versión y pasamos directamente al postre…

LOCUTOR: La gran pérdida de población trajo cambios económicos basados en el incremento de la movilidad social según la despoblación erosionaba las obligaciones de los campesinos a permanecer en sus tierras tradicionales. La repentina escasez de mano de obra barata proporcionó un gran incentivo para la innovación que ayudó a traer el fin de la edad media.





Para finalizar, tenemos el testimonio desgarrador del gran poeta y humanista italiano Petrarca, que sobrevivió a la peste en Italia, cuentan que Laura, su misterioso y platónico amor, murió de la plaga en Aviñón el 6 de abril de 1348. Describió las casas vacías, los pueblos y los campos abandonados, los terrenos cubiertos por los muertos, el silencio sepulcral y vasto en todos lados. Recordó que los historiadores se quedaban silenciosos cuando alguien les pedía que describieran desastres similares, de médicos que enloquecían, de filósofos que se encogían de hombros, fruncían el entrecejo y colocaban un dedo sobre los labios silenciándolos


Petrarca el poeta: Yo me enteré tarde, tras haber estado 15 días encerado en mi casa. Siempre me aislaba del mundo exterior cuando me dedicaba a escribir…. Y en esos días estaba concluyendo mi obra más celebrada: El Canzoniere. Lo primero que llamó mi atención, fue… que ya iban tres días que no venia mi criado a traerme provisiones de comida. Sin pensarlo demasiado, y un poco molesto por la irresponsabilidad del muchacho, salí a comprar víveres a la despensa de la villa….. y es allí donde me encuentro con que no había nadie en la calle. Al llegar a la despensa y encontrar solo cadáveres, tuve…, debo confesarlo…., una sensación de alivio… ya que debía al despensero una importante suma, de la cual me creí liberado de saldar.
Pero, al proseguir mi recorrido por la villa, la angustia se empezó a apoderar de todo mi ser: A pesar de detestar a la mayor parte del poblado y de sentir particular satisfacción, y porque no decirlo ALEGRIA ante el fin de la existencia de ciertos miserables, el fallecimiento de toda esta gente significaba algo atroz para mi vida: Seguramente, ELLA, también había sido víctima de la endiablada pandemia.
Tenía, nada más, que ir hasta su casa y corroborarlo de una vez y para siempre…
Pero no lo hice queridos amigos…¿Y saben porque?
Porque no quise darle esa satisfacción al infame destino….
Porque mis ojos no soportarían ver la corrupción de sus restos…
Porque quería conservar en la memoria una última imagen de su delicada belleza…
Porque quería albergar en mi corazón una secreta y febril esperanza…
Pero sobre todo…, porque un imbécil que agonizaba me gritó: “Che Petrarca, …la petisa esa que te gustaba, se cagó muriendo también…”





Desde aquellos Mongoles que lanzaron cuerpos infectados a los Mercaderes Genoveses…
Pasando por los cobardes Escoceses que quisieron aprovechar la desgracia Británica,
Y finalizando por el agonizante que sacudió la idealización del negador Poeta…,
La muerte, como instancia definitiva e irreversible…,
Nos enfrenta a todos, con un abanico de reacciones posibles…
Los monos esperamos que la prudencia y el silencio colmen tanto desafuero discursivo…
No es hora de levantar monumentos románticos, ni de irrespetuosas bocinas…
El problema no es el que se fué, el problema somos nosotros: LOS QUE QUEDAMOS…..



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