El escote de la diaconisa

El día sábado 5 de febrero se publicó una nota en La Voz que decía que más de 140 teólogos de Alemania, Austria y Suiza firmaron un documento que manifiesta su opinión contraria al celibato sacerdotal. El documento también aboga a favor del ejercicio del sacerdocio por parte de las mujeres, lo que constituiría una verdadera revolución en las tradiciones católicas. También se habla de la “participación popular en la elección de los obispos”, lo cual motivó a un grupo de fanáticos a salir a las calles, todos miembros de una orden que no sólo fue excomulgada, sino que también se sospecha que nunca existió, lo cual pondría en duda la total veracidad de este artículo.

Según pude confirmar personalmente, tras haber no estado en esta movilización, los manifestantes salieron con pancartas exigiendo que los obispos vuelvan a ser elegidos por la omni-ciencia del Señor y no por la limitada y vulgar ciencia de los simples mortales.

Hablando ante el micrófono, uno de los religiosos  dijo indignado:

No es tan absurdo: Se sospecha que J. Ratzinger
formó parte de la Juventud Peronista.
Fan – ¡Esto no puede ser! ¿Qué quieren ahora? ¿Qué el próximo Papa sea peronista? ¡Ya lo dijo Nostradamus: se viene el fin del mundo!

Según parece, el fundamentalista católico se refiere a las profecías que Nostradamus escribió respecto de que con el último Papa llegaría una época de oscuridad, pero no podríamos determinar con exactitud si éste será o no peronista. Lo que sí podemos saber es que este documento asienta un precedente que desatará un cambio de gran trascendencia para la religión católica.

Fan – Ya lo dijeron antes. Los casos de pedofilia no son una consecuencia del celibato, sino de la homosexualidad. La Biblia nunca condena el celibato, pero sí la sodomía. ¿Cómo puede ser que ahora los sacerdotes no tengan derecho a no ponerla?

Como parte de la misma movilización en contra de este documento  de los teólogos, había grupos que se oponían, más que nada al sacerdocio femenino. Una de las pancartas que flameaban con la brisa llevaba consigo una frase de la Biblia: “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio (1 Tm 2:12).” Su portador increpó a los ausentes corresponsales de Sangre de Monos diciendo:

Fan 2 – ¿Mujeres en el altar? ¡Sólo si van a dar el anillo!

Según pudieron interpretar nuestros semiólogos, la declaración del fanático se habría referido al sacramento del matrimonio y no necesariamente a su consumación en la noche nupcial.

Fan 2 – ¿Quién puede pensar que la voz de una mujer es capaz de generar el mismo efecto evangelizador que la de un hombre?

Un estudio realizado por la Asociación de Mamología Argentina (AMA), el efecto que tendría una mujer pronunciando un sermón en la iglesia sería particularmente diferente del que pronunciaría un hombre. Por un lado, la presencia de un buen par de senos clericales frente a los fieles potenciaría en gran medida la capacidad de atención de los oyentes, por lo que sus palabras serían sopesadas conscientemente. Según dijo un clérigo anónimo, esto dificultaría el llamado “aseo mental” (también conocido como “higiene de cráneo” o “lavado de cerebro”). Por otro lado, se ha comprobado que la observación del alimento materno prolonga la vida, entre otras cosas; lo cual, dicho sea de paso, explica por qué las mujeres tienden a vivir más, ya que conviven con ellas más tiempo que los hombres. Esta prolongación de la vida retrasaría el envío de almas al cielo, según dijo el anónimo clérigo. Existe, sin embargo, la posibilidad de que algún viejo muera de taquicardia, pero ése es un hecho estadísticamente poco significante, ya que la cantidad de almas que se dirigen al Infierno es ostensiblemente mayor.

Como contrapartida, obtuvimos una entrevista con un sacerdote que apoya la medida con cautela, por lo que prefirió el anonimato. De mutuo acuerdo, fue llamado Padre Charly, homenajeando al artista de bigote bicolor, ahora evangelizado por Palito Ortega.

Flash – Buenos días, Charlo.

Charly – Buenos días.

Flash – ¿Cuál es su postura respecto del celibato sacerdotal.

Charly – Bueno, sí… el problema es que el celibato no tiene muchas posturas disponibles, ¿ah?

Flash – Eh… me refiero a su opinión sobre el tema.

Charly – ¡Ah! Bueno, sí… el tema es que los seres humanos estamos hechos de cuerpo y de alma. Para el alma está la religión, ¿ah? Y para el cuerpo, están las posturas, ¿ah?

Flash – Usted se refiere a que los seres humanos tenemos necesidades…

Charly – Bueno, sí… ponerla, básicamente.

Flash – ¿Usted respeta el celibato?

Charly – ¡Claro está que lo respeto! Bueno, sí, hay que estar para sostener el celibato. No sé vos, ¿te lo bancarías?

Flash – Sólo si estuviese eternamente bajo el efecto de la morfina.

Charly – Bueno, sí, la morfina es otra cosa. Yo no la recomiendo porque te comés un viaje mal, pero cada uno hace de su… ¿ah?

Flash – Ehhh.. no, bueno, la pregunta es: ¿usted practica el celibato?

Charly – Y… sí, lo he practicado muchas veces. Algunas veces hasta tuve éxito, ¿ah?

Humildes pretensiones
Flash – Bien. ¿Y usted cree que los casos de pedofilia tienen como causante el celibato?

Charly – Y… bueno, sí… ya lo dijo la Bersuit: “va por la Chapultepec, dobla por la Cuahutemoc, tiene humildes pretensiones, a esta hora, si es humano, mejor”. Vos pensá que a lo más sexy del monasterio no le podemos tirar porque sería sacrilegio, ¿ah?

Flash – Se entiende; no es cuestión de manchar el panteón con cuestiones mundanas. Respecto del sacerdocio ejercido por mujeres, ¿qué opina?

Charly – Y… bueno, sí, es un problema… porque para que funcione, las mujeres que estén dando el sermón no deben estar buenas, porque la visita a la iglesia devendría en pecado. O, en el mejor de los casos, el tipo estará con su mujer pensando en la diaconisa, ¿ah?

Flash – Pero hay que reconocer que eso es algo bastante común.

Charly – Bueno, sí… eso me dijeron, ¿ah?

Flash – Pero, ¿usted cree que el mensaje religioso se vería alterado?

Charly – ¡Para nada! Es más, tendría algo más de onda. He escuchado a cada momia que llegué a pensar que es necesario. ¿De qué sirve un sermón para una colectividad de fieles durmientes? ¿Ah?

Flash – Ahora; la doctrina protestante sostiene que los pastores deben estar casados, y en algunos casos, las mujeres pueden ejercer el sacerdocio. Usted, ¿considera que esta iniciativa está orientada a poner a la par el catolicismo con el protestantismo?

Charly – Bueno, sí… o no… la verdad que no sé; porque no parece que tengan ganas de cambiar esa música de porquería de autoayuda que ponen. Yo pondría a Vox Dei en vivo en la plaza San Pedro, pero vos sabés cómo son, ¿ah?

Flash – Bueno, muchas gracias, Padre Charly.

Charly – De nada, say no more.

Las mujeres, si bien tienen los mismos estudios que los hombres, siguen alejadas del sacerdocio por culpa del último evangelio de la Biblia en ser escrito. Sólo una tradición, de la cual el Mesías nunca habló, sostiene que sólo los hombres pueden ejercer el sacerdocio. Jesús tampoco habla del celibato, pero los popes se afanan en decir que esto es un mandato divino.

Después de un año en el cual salieron a la luz una enorme (y alarmante) cantidad de abusos sexuales por parte de clérigos hacia menores de edad (y otros tantos más mayorcitos), esta iniciativa de los teólogos alemanes, austríacos y suizos surge para combatirlo. Es evidente que el Vaticano no podrá hacer oídos sordos; pero, pesimismo obliga, es muy difícil su aplicación inmediata. Tristemente, las tradiciones religiosas son infinitamente más difíciles de modificar que las leyes: no porque la población no lo desee, sino, precisamente, porque la población está lejos de tener el derecho de opinar al respecto.

Martín Lutero, un ícono de la libertad de opinión sobre la religión, y una figura sobre la cual defecaron tantos que se autoproclamaron luteranos para ganar dinero, propuso que la Biblia debía ser leída por todos. Una de las más interesantes prácticas interpretativas del texto bíblico reside en el norte argentino y en gran parte de la Sudamérica cristiana y vernacular. Son lugares donde la Biblia es un fundamento para amar al dios en que creen, comulgando con sus santos y sus propias formas de adorarlos. Paradójicamente, el celibato sigue vigente aún en esos lugares, la mujer sigue sin subir al altar y los sacerdotes siguen siendo designados por la Conferencia Episcopal, siempre de acuerdo con sus intereses y no con los del pueblo.

Lejos aún está el catolicismo (y el cristianismo en general) de aceptar que la palabra que predica se contradice con su doctrina. Se atreven muchos a llamar “secta” a las interpretaciones caprichosas y empresariales de la Biblia, cuando ninguna es menos caprichosa y no todas tienen el privilegio de recibir el aval de un estado.

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